Ya a la mañana siguiente, despues de haber recuperado grandisima parte del sueño perdido en el albergue, y tras un desayuno tranquilo y con bastante charla amena en la cocina, aun nos dio tiempo a jugar una partidita al Mykerinos. Que gran juego.
Despues ya solo quedo el transfer a Atocha, donde me volvia para Malaga en el Ave.
Muchisimas gracias a David y Ari, que hicieron que ese fin de semana fuera inolvidable. Ya sabeis que os quiero en la Bibliokedada, ;o).
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